Eso es lo que me parece el ya famoso temita de la promesa de Zapatero sobre los 400 €. Empiezo a estar hasta los pelos de promesas de bajadas de impuestos, cheques y demás zarandajas, al más puro estilo mercaderil. Lo de los 400 € es de traca.
No me parece moral ese tipo de propuestas en precampaña o campaña (más bien entiendo que debería ser una medida que, en caso de querer aplicarla, debería ser consensuada, al menos, por los dos principales partidos con opciones de acceso al Gobierno, de forma que su aplicación no dependiese de que uno gane o pierda las elecciones, y así nos evitaríamos que pareciese una compra de votos). Tampoco me parece progresiva. No sé de dónde leches se sacan que es progresiva la «devolución» de idéntica suma, independientemente de los ingresos de cada contribuyente.
No es, desde luego, solidaria y menos aún cuando hoy me he enterado de que a mí, como autónomo, no me corresponderá. Oiga, ¿es que yo no retengo un 15% en mis facturas a cuenta del IRPF o qué? ¿A qué leches jugamos? Los autónomos, como siempre, el último mono del sistema. Retenemos IRPF, pagamos IVA trimestralmente, no tenemos un empleador que nos pague parte de la cotización a la seguridad social… Y encima en la mayor parte de las situaciones, ni somos autónomos de hecho ni nada, sino que bajo nuestra supuesta autonomía lo que se esconde es una situación laboral por cuenta ajena, no declarada como tal, fundamentalmente para que nuestros jefes no tengan costes sociales.
A lo que iba, que me desvío. Ésto se ha convertido ya en un mercadeo por parte de PSOE y PP. Como lo que me pueda contar el PP ya no me sorprende, no me queda más que amargarme con las perlitas que nos va soltando el PSOE. Nos dicen que la economía española está preparada para lo que pueda venir en un futuro, que para eso está el superávit. Y al día siguiente resulta que al parecer, parte de ese superávit va a ir a parar, en forma de regalito al bolsillo de cada contribuyente (¿Toda la Galia? ¡No! Que aún hay un reducido grupo de irreductibles autónomos que no van a ver un duro, claro), durante los próximos cuatro años. Of course, da igual que el que lo vaya a recibir cobre 9.000 € al mes. Pobrecito mío que hay que compensarle (por ejemplo, como dijo ayer Caldera) por la subida de los tipos de interés en las hipotecas. Claro, le «compensan» a él igual que al mileurista que no tiene ni para pipas. Pa mear y no echar gota, como decía.
Parece ser que nos movemos entre dos extremos. O hacemos lo que tradicionalmente han exigido los ultracapitalistas norteamericanos, es decir, exigir rebajas fiscales a saco cuando hay superávit, o damos cheques. Insisto en lo de siempre. ¿¿Y las políticas sociales?? Que ya me conozco el percal. Que sé de más de uno y más de dos (¿miles de personas?) que lo que van a hacer es invertir esos 400 € de reducción de gastos en comprarse la Play 3, la tele pequeña de LCD para el dormitorio, o el monitor de 21″ para el ordenador. ¿Que muchas familias lo van a agradecer y van a saber darle un buen y útil destino? No lo niego, claro. Pero así no se hace política social, carajo.
Hablamos de un coste total de 5.000 millones de euros. ¿Sabéis lo que se puede hacer con eso? Lo pondré en cifras para que se capte mejor la idea: 5.000.000.000 €. Más claro aún: 831.930.000.000 de las antiguas pesetas. Eso son becas, guarderías públicas, escuelas, ayudas, infraestructuras, ayudas a la I+D… lo que sea. El Corte Inglés, si quiere, que dé cortycoles. Las Administraciones no, por favor. Inviertan, ayuden a los que más lo necesitan, cubran necesidades sociales a través de actuaciones reales, bajen ciertos impuestos de forma verdaderamente progresiva, echénnos un cable a todos, de acuerdo, pero no así.
Me ha quedado un post muy deslabazado, lo siento. Voy de culo en el curro.
P.D.: Asturcantino, espero que comentes, que si no te pongo ladrillos de politiqueo, «te me callas».
Aclaro que lo inmerecido del cachondeo que da título a esta entrada va por todos nosotros, que nos nos merecemos una precampaña tan poco seria como la que estamos teniendo.
La Aurelíada 
Luego nos quejamos de la imagen de pais de pandereta que tenemos en el extranjero. Esta campaña electoral va camino de alcanzar niveles historicos de patetismo y majaderia.
PD: puedo prometer y prometo que si sale adelante cheque-devolucion del IRPF te invitare a una birra Aure para que no gimas
Hombre Nachete, qué bien verte por aquí. Espero que tu comentario no sea puntual y te animes a ser contertulio habitual.
Y sí, somos un país de traca y pandereta, y subiendo… Ardo en deseos de ver los cara a cara ZP/Pancho en la tele, a ver de qué leches hablan.
Que no, que no, que este no es un país de pandereta. Lo que es España, o como insisten en denominar algunos mentecatos como estado español, es un país de catetos. No se puede pedir que la clase política que ‘nos representa’ esté en otra línea.
Soy un acérrimo defensor de las listas abiertas, pero paradójicamente dudo de su utilidad allí donde la masa de electores no está a la altura de las circunstancias.
Así que, si no tenemos lo que nos merecemos, poco nos falta. Discrepo por tanto con el título que le das al post. (Empiezo a sentirme como el Follonero de Buenafuente de tanto discrepar)
PS: Contagiado por el cariz que ha tomado la precampaña, prometo, en caso de regalo de 400€, invitarte a compartir botella de Bombay Sapphire y unos habanos. Y dos huevos duros.
En lugar de dos, pon tres… Uno de ellos de oca. 😉
Y digo yo, ¿preferís vivir los pocos años que duran nuestras vidas en país donde las cosas no van tan bien pero hay un «no sé qué» y la gente no se toma la vida tan en serio? ¿O en uno donde hay dinero, justicia, posibilidades y todo está más o menos organizado pero la gente no tiene ninguna gracia y a los 60 se empiezan a arrepentir de haber pasado la vida preocupándose por lo que realmente no importa? HAY QUE ELEGIR, NO SE PUEDEN TENER LAS DOS COSAS, HE VIVIDO EN MUCHOS PAÍSES Y LO TENGO COMPROBADO. Porque si preferís un país como éste os podríais venir a vivir aquí y hacerme compañía que estoy un poco sola…
Don’t say never in a month of Sundays.
Ojalá…
Uy Mire, qué crisis de morriña veo por ahí.
«Contí coneso», ni aquí nos pasamos de jarana medio día y funcionan tan mal las cosas (ten en cuenta que por ahí nos lleváis tropecientos años de ventaja), ni aquello es la panacea de la justicia y la gente tiene forrados los bolsillos con billetes de 100 libras, que por allí en los 80 hubo unos cuantos que las pasaron putas con la del pelo enlacado (y ahora también). Aquí no se vive mal… pero si ganas mil euros o menos, que ya sabes que hay muchos, pagas más de la mitad de hipoteca o alquiler y cuando se terminan de pagar los gastos fijos quedan en el bolsillo 100 euros (con suerte) para pasar el mes, no creas que tú que se te queda el cuerpo como para estar quemando fallas día sí y día también.
Dudo mucho que allí la gente eche más horas en el curro de las que trabajamos aquí. No necesito esperar a los 60 para arrepentirme de no haber hecho mil cosas que no voy a poder hacer ya, porque ya lo hago con la mitad de años a las espaldas. Además, el ser humano es inconformista por naturaleza y tampoco creo que la gente de allí se arrepienta más por las cosas que no ha podido hacer de lo que nos arrepentimos por estas latitudes. Tenemos un carácter diferente, sí pero no creo que las cosas sean blancas o negras. Nunca me ha gustado el maniqueísmo y prefiero pensar que sí es posible el equilibrio entre esos dos sistemas de vida que enfrentas en tu comentario. Y si no es posible alcanzarlo, al menos hay que tender a ello y luchar por acercarnos a él.
Además, para ser aquello un islote gris, deprimido y soso, has sabido encontrar un compañero de viaje que, por lo que le conozco, no tiene absolutamente nada de gris, deprimido o ignorante de cuáles son las cosas buenas de la vida.
Ja ja, lo de la crisis ya se me ha pasado, es increíble la capacidad de adaptación del ser humano, pero seguro que la cojo otra vez después de las vacaciones de verano. Pero has dicho cosas con las que estoy de acuerdo. En España no se vive tan mal y claro que la gente no se pasa el día de jarana, pero hay otro ambiente en el trabajo. Al menos en el de mis padres cuando he ido a verlos… Por supuesto que Inglaterra no es la panacea de la justicia, ningún país lo es, pero el que vale vale y el que no no y no hay enchufes, ni rollos raros y así muchos mas ejemplos que ahora no me voy a poner a enumerar.
Lo que yo pienso es que ya se puede intentar todo lo que se pueda, pero los países son como son y no creo que se pueda hacer mucho para cambiarlos. O al menos no en lo que dura una vida normal. Por eso se dice de España «Spain is different» y de Rusia, traducido al español, «Esto es Rusia» y no hay nada más que explicar y eso no se dice de Inglaterra, Alemania, Holanda, etc. No conozco ningún país donde exista el equilibrio ese del que hablas tú, si existiera en alguna parte, podríamos copiar el modelo, pero de verdad que creo que no existe.
Yo me siento muy afortunada de vivir en Europa y también de tener la influencia de dos culturas. Pero cuando se dice que España es un país de pandereta o de catetos, lo veo hasta positivo. Más panderetas y menos sabiondos mejorarían más de un país. Y claro que entiendo que haya que intentar mejorar, pero a veces leo comentarios muy negativos y seguro que las cosas no están tan mal como las pintáis (ni tan bien como las veo yo!!).
Spain is different, ésto es Rusia… El Barça «es més que un club» y míranos, a 9 puntos del Madrí… 😉
¡Es que es más que un club gane o no gane! Ser el mejor no es siempre lo mejor, otra lección que algunos países deberían aprender.
Pues lo dicho, «Viva er Beti manque pierda».
Por alusiones.
Cuando me quejo de los catetos, me refiero a aquellos que ‘pasan de la política’ y no votan, a aquellos que no tienen capacidad de crítica hacia los que consideran los suyos, a aquellos que entienden la política como un hooligan entiende el fútbol, a aquellos a los que se les llena la boca al decir democracia y no la exigen dentro de su partido, a aquellos que no reconocen los méritos del ‘enemigo’, a aquellos que mezclan churras, merinas, velocidad, tocino, cojones y comer trigo con tal de elaborar una opinión acorde con su pensamiento sectario y cateto, ‘democráticamente cateto’.
De esos tenemos para exportar a capazos, desgraciadamente. Yo es cuando oigo lo de «a mí es que la política me da igual / no la entiendo / no me afecta» me entran ganas de dexterizarme…
Pues de esos también hay en todas partes así que en ese caso todos los países son países de catetos.