Ventanas a la Toscana

3 09 2008

Ya estamos por aquí otra vez. Desde la última entrada han pasado los mejores JJ.OO. de la historia, las 8 medallas 8 de Phelps, Usain Bolt ha llevado las marcas en las pruebas cortas hasta dentro de 20 años, y el cielo de la piel de toro ennegreció al no poder ser cruzado por un avión desde Madrid a Canarias.

Ya estamos otra vez de vuelta a la rutina escribiendo desde esta mesa y esta silla de mi despacho que durante julio fueron mis grilletes. Una semanita en la Toscana (así como un par de semanas libres en Alicante) ha sido la mejor de las cizallas para romper unas cadenas que alguien estará ya por ahí volviendo a forjar para el mes que acaba de entrar.

Mientras tanto, os dejo abiertas algunas ventanas a nuestras vacaciones para que podáis colocaros tras mis ojos y los de M. y os asoméis a lo que nos ha rodeado durante unos maravillosos días. También las dejo abiertas para mí. No me vendrá mal sacar la cabeza por ellas de cuando en cuando para recoger el aire que nos traía el precioso cielo toscano. Espero que os gusten.

El viernes 15, a última hora de la tarde, llegamos a PISA desde Valencia. Recogimos el cochecito alquilado y, tras dejar las cosas en el hotel nos dio tiempo a acercarnos a un sorprendentemente vacio (por la hora) Campo dei Miracoli a dejar escapar el primer suspiro del viaje. A la mañana siguiente repetimos destino para contemplar el Campanile, el Duomo y el Baptisterio a la luz del día (y añorar la soledad de la noche anterior).

Tras despedirmos de nuestro primer destino cogimos rumbo a Loro Ciuffenna, pueblecito de la Toscana central en el que estaba la casa que nos acogería durante una semana, no sin antes desviarnos hacia el norte unos pocos kilómetros para ver LUCCA, un precioso pueblo en el que por primera vez sentimos que, si no fuera por las tiendas de souvenirs y por tanto turista, nos habríamos colado en una Edad Media que se abría al Renacimiento.

Siendo como es Lucca la cuna de Puccini, no podía faltar la foto de D. Giacomo.

Llegados a la casa (de la que os hablaré al final), nuestro primer destino fue AREZZO, otro pueblecito medieval precioso en el que, como curiosidad, se rodaron varias escenas de La Vida es Bella.  En varios rincones del pueblo encontrabas carteles con fotogramas de la peli relativos a la escena  en concreto rodada en ese punto. La Piazza Grande es una pasada.

Nuestro siguiente día lo dedicamos a SIENA. Ya estuve hace 14 años con el viaje de fin de COU. Recordaba imágenes sueltas pero no podía ni imaginar que nos encontraríamos con un lugar tan impresionante como el que tuvimos la suerte de patear durante todo un día. Entre la epidemia de peste que sufrió en el s. XIV y el posterior cerrojo que sobre la ciudad echaron las tropas florentinas tras su invasión, el centro histórico apenas sufrió cambios en siglos, y hoy día ha quedado como una alucinante reliquia medieval. En la Piazza del Campo, sobre la que se alza la Torre del Mangio es donde, dos veces al año, se corre la famosa carrera de caballos (Palio), en la que los barrios en que se divide la ciudad se disputan el honor de la victoria. Fascinantes las vistas desde lo alto de la torre, por cierto.

Capítulo aparte merece el Duomo de Siena. Catedral de fachada imponente (maldita grúa en plena foto), el interior esconde unos púlpitos y unas escenas en mármol en el suelo brutales. Eso sí, ya nos dimos de bruces con la imbecilidad eclsiástica por la cual las mujeres debían cubrir sus hombros y/o escotes veraniegos por una discretísima capa de papel azul que, además de oler fatal, favorecía un montón. Por lo visto, a la jerarquía católica le mola más ver una iglesia llena de superpitufos que unos morenos hombros femeninos.

Tras una jornada de relax por los alrededores de Loro Ciuffenna, los dos días siguientes fuimos a FLORENCIA. Toda palabra es poca para describir esa caóticamente maravillosa ciudad que creció alrededor de los Médicis. El martes iniciamos el día en la Galería de la Academia, con los pelillos de punta al ver El David y Los Esclavos de Miguel Ángel. Lástima que uno suele cumplir las normas establecidas y nos fuimos sin foto (en la cámara de fotos, que la de los móviles está para algo…) de esa carne hecha mármol. El David es una de las 2 ó 3 obras de arte más escalofriantes que he visto nunca. El resto del día lo dedicamos a recorrer todo el casco antiguo, desde Santa María Novella hasta el Palacio Pitti, más allá del río Arno a través del Puente Vecchio.

Por la tarde, paliza descomunal subiendo los más de mil escalones de que constan la subida al Campanille junto a Santa Maria dei Fiore y el Baptisterio, de un lado, y la Cúpula de Brunelleschi de otro. Sobran las palabras sobre las vistas.

Al día siguiente nos esperaban los Ufizzi. Tres horas y media de paseo desde el Trecento de Ghiotto hasta Rubens, pasando por La Sagrada Familia de Miguel Ángel, La Virgen del Jilguero de Rafael, los Duques de Urbino de Piero della Francesca, La Anunciación de Leonardo, y una de las cosas más hermosas que he visto en mi vida: El Nacimiento de Venus, de Botticelli. Al margen de los maravillosos colores del temple sobre lienzo, el trazo de manos y pies de Venus son acojonantes.

Por lo demás, qué os voy a contar. Además de la Plaza del Duomo, (las Puertas del Paraíso de Brunelleschi que decoran una de las entradas al Baptisterio son una gozada, así como la bóveda interior), la Piazza della Signoría, la de la Repubblica, la Santa Croce, San Lorenzo… Descomunal. Y descomunal también lo jodido que es encuadrar bien las fotos en esas plazas tan pequeñas y con tantísima gente…

Última gran parada; SAN GIMIGNANO. Nos dejamos de lo mejorcito para el final. Uno de los pueblos a los que no fui hace 14 años, es una auténtica maravilla. Aún quedan en pie 14 de las más de 70 torres que en su momento llegaron a levantarse. (si os fijáis, en la segunda y antepenúltima foto, podréis ver que allí está la versión medieval de las Lorres Gemelas…. son clavadas). Si ya las que se conservan ofrecen un curiosísimo juego de sombras por todo el pueblo, entonces debía ser algo espectacular. La Piazza della Cisterna (llamada así por el aljibe que hay en el centro) es el punto de confluencia de un intrincado laberinto de calles en las que es una gozada perderse. Nos sorprendió la basílica de la Colegiata, con sus muros cuajados de frescos de Ghirlandaio relatando escenas bíblicas, y sus bóvedas pintadas como un cielo azul plagado de estrellas. Una pasada.

Dejo para el final el recuerdo de nuestra casita en Loro Ciuffenna, pequeño pueblo situado en pleno centro de la Toscana, cosa que nos vino de perlas porque lo teníamos todo a tiro de piedra. La casa se llama Podere il Cercato y se ubica en lo alto de uno de los montes que circundan Loro. Está dividida en dos plantas. En la superior viven los dueños, un matrimonio joven (Laura y Alberto, majísimos) con dos niñas pequeñas. Nada más llegar nos recibieron con una botellita de aceite hecho por ellos mismos, y otra de vino. En la planta de abajo hay dos apartamentos, uno para 4 personas (en el que había unas holandesas a las que apenas les vimos el pelo), y otro para una pareja, en el que nos alojamos. A la decoración rústica no le faltaba un detalle y está completamente equipado.  Siendo la casa una gozada, lo mejor sin duda eran los jardines y terrazas de la parcela. Es un terreno inmenso cuidaídisimo (cada día va un jardinero a primera hora de la mañana), plagado de árboles y arbustos. En la parte próxima a la casa hay unas terracitas con tumbonas, mesas y sillas, que dan justo al principal desnivel del monte, de forma que sentado divisas todo el valle con el pueblo abajo. Os podéis imaginar lo que era desayunar allí todas las mañanas, poniéndonos como el tenazas a base de queso, embutido, aceitunas y manjares varios de la zona. Un lujazo. Sobre la piscina enclavada en medio de la parcela, con vistas al valle, mejor os remito directamente a las fotos, porque era brutal.

Si alguno de los que lean esta entrada tiene pensado un viajecito a la Toscana, le recomiendo encarecidamente que se aloje en Podere il Cercato. Ha sido la guinda a un viaje fantástico.

Para acabar, un par de cositas: No podía faltar una fotillo del Lancia de alquiler (cómo no,  tenía que ser Lancia o Fiat) que nos ha acompañado a todas partes, y en el que sobre todo sonaron esos días Amy Winehouse y The Last Shadow Puppets. Por cierto, eso de que en Italia se conduce como el culo no es del todo cierto. Me sorprendió que en autopista se pueden contar con los dedos de la mano los coches que pasan de 110 (el límite allí). Y en ciudad la cosa es más o menos como por aquí (en todos lados hay gente haciendo el cabra al volante) pero desde luego no se conduce peor que en Alicante o Murcia.

Por último, en el vuelo de vuelta el cielo estaba precioso y completamente despejado, lo que nos permitió hacer unas fotos bastante majas por la ventanilla., divisando la costa italiana. Sirvan algunas como broche a este resumen del viaje (la última es muy curiosa, ya que se puede apreciar la sombra del avión proyectada en las nubes).

P.S.: No podía faltar la frikada de rigor (Yaqui, especialmente decicada). Resulta que no, no está en el Caribe. En el Mediterráneo está… ¡¡MONKEY ISLAND!! 😉





Aberración medieval en Madrid

24 04 2008

Colérico perdido ando desde que esta mañana he escuchado en la SER la noticia de que la Comunidad de Madrid firmó en enero de este año un Convenio con los Obispos de la Diócesis de Madrid en el que se prevé que los capellanes que integran los Servicios de Asistencia Religiosa Católica (SARC) de los centros hospitalarios de la Comunidad de Madrid, no solo asistirán a aquellos pacientes que deseen recibir consejo y consuelo espiritual, y celebrarán actos de culto (como hasta ahora), sino que van a formar parte de los Comités de Ética y del Equipo Interdisciplinar de Cuidados Paliativos.

Tales Comités, hasta ahora formados íntegramente por facultativos, se encargan de decisiones tan trascendentales como dar o no sedación terminal a un enfermo, practicar un aborto en determinadas circunstancias, o decidir si se reanima o no a un bebé con malformaciones en la unidad de neonatología correspondiente. Y es en tales Comités en los que, con voz y voto, la Comunidad de Madrid ha integrado desde principios de año (el Convenio ha entrado en vigor desde el día de su firma) a los sacerdotes adscritos a los citados SARC.

Aquí os dejo el texto escaneado del citado Convenio, que se encuentra subido en la web de la Cadena SER:

O sea, que si vives en Madrid y tienes la desgracia de verte en una de las situaciones clínicas en que dichos Comités deben intervenir, seas o no católico, lo hayas pedido o no, de entrada en el Comité que decidirá sobre ti habrá (hay ya) un sacerdote que intervendrá en la toma de la decisión.

Al Consejero de Sanidad Juan José Güemes (firmante del Convenio en representación de la Comunidad), claro, le ha faltado tiempo para salir echando pestes de la SER y, si bien ha reconocido que los curas (ya) participan en los comités, ha precisado que «es falso que intervengan en ninguna decisión clínica del hospital y tampoco en los cuidados paliativos». En dicho documento, en cambio, no se dice expresamente que intervengan desprovistos de voto, sino que se limita a estipular que intervendrán en tales Comités.

A mí ésto me parece una aberración oscurantista y medieval tan sumamente grave, obscena y vomitiva que debería dar lugar a que la gente se eche a la calle y se dirija a la Consejería de Sanidad a presentarle sus respetos pacíficamente al Sr. Güemes, a Esperanza Aguirre y al resto de sus acólitos autonómicos. Y me hace una gracia enorme que en el mencionado Convenio se haga la salvedad de que la asistencia religiosa católica se prestará con el debido respeto a la libertad religiosa y de conciencia, de conformidad con lo previsto en la Ley Orgánica 7/1980, de Libertad Religiosa. Respetarán un huevo la libertad religiosa, sí, pero de entrada ya nos han metido a los curetas en los Comités de Ética de los hospitales.

Tengo que morderme la lengua hasta hacerme sangre para no soltar las barbaridades que se me están agolpando en la cabeza desde esta mañana. Ésto es el PP. Ni facciones, ni bicefalias ni leches. Como si Rajoy se fuera a desmarcar de lo convenido por Madrid. Si cuando llegue el Congreso de mayo Esperancita no se presenta (que no lo hará), la candidatura de Rajoy aglutinará a los partidarios de aquella, y éste hará suya la política medieval y franquista de tener a la derecha del padre a los de la sotana (que por otro lado siempre ha sido suya también). Porque sin ellos no son nadie. Porque sin ellos se acabó el sillón al que aferrarse. Porque sin ellos no tendrían a los voceros de las ondas episcopales que tienen para captar voto (aunque luego alguno se arrepienta). Porque sin ellos su alma se condenaría a pudrirse en el infierno que los asesores de la moral inventaron precisamente para tenerlos bien amarrados.

Me dan asco.

EDITO para añadir que, por lo visto, ya en el anterior Convenio de 1997, firmado cuando Ruiz-Gallardón era Presidente de la Comunidad, se preveía la integración de tales sacerdotes en los citados Comités, exactamente en los mismos términos. ¿De dónde he sacado la información? De dónde va a ser: El Mundo. Tiene gracia que este diario haga especial hincapie en que precisamente fue Gallardón (y no Aguirre) quien introdujo tales prerrogativas en favor de la Iglesia Católica. ¿Que en la SER lo sacan para meterse con nuestra Esperanza? ¡Toma! Passing brown para Gallardón y ventaja al resto. Es de traca.

Al igual que ha hecho el Consejero de Sanidad en el día de hoy, en El Mundo se destaca que lo único que los sacerdotes pueden hacer en el seno de tales Comités es hacer escuchar su voz. Nada más. Y nada menos, añado yo. Porque a ver por qué narices tienen estos tipos que hacer oír su voz en Comité médico alguno. Aunque fuera como dice el Consejero, ¿por qué leches tengo yo que aguantar que en un Comité en el que se esté debatiendo sobre mi situación médica se meta un cura a decir una serie de imbecilidades que me traen al pairo, haciendo perder su tiempo a unos facultativos que son los únicos que pueden tener que decir algo al respecto? Para mí, la opinión del sacerdote del centro cuenta lo mismo que si le preguntan al charcutero de la esquina, o al kioskero de dos calles más abajo. Y, por supuesto, me deja igual saber que ésto es así por obra y gracia de Aguirre, de Gallardón o de Norma Duval. «La misma mierda son».

Y AÑADO porque me apetece: Ya que nos ponemos, ¿¿y por qué no en cada Comité un representante islámico, otro hebreo, uno más adventista, otro tal vez protestante, uno quizás budista, otro quién sabe si evangelista, así como un ateo y un agnóstico de reconocido prestigio ambos, uno del Madrid, otro del Atleti, otro más del Getafe y un cuarto del Rayo Vallecano, un quinto del Barça para tocar los cojones, y el tío que le da cuerda al reloj de la Puerta del Sol??





El segundo debate (y las percepciones)

4 03 2008

Hoy no voy a a intentar desgranar el debate tanto como hice (o lo intenté) la semana pasada. Primero, porque sinceramente no me apetece mucho. Y segundo, porque hay otras cosas que me han llamado más la atención que el propio contenido del mismo. La impresión que fui teniendo a medida que se desarrollaba el debate ha resultado bastante diferente a lo que me he encontrado hoy en los medios de comunicación y las encuestas. Sinceramente, a mí no me dio la impresión de que Zapatero ganase de calle, ni tampoco con claridad. Más bien me pareció que la cosa acabó ligeramente decantada en favor del Presidente, con momentos en que Rajoy le puso totalmente contra las cuerdas.

Si nos atenemos a lo que se esperaba del debate (mayor contenido en propuestas que el del lunes pasado), ahí sí que vi a un Zapatero mucho más preparado que a Rajoy. En este punto le dio sopas con ondas en todos los bloques temáticos. Si, por contra, nos quedamos en la cuestión formal, mi impresión es que Rajoy le ganó la mano a Zapatero. ¿Por qué? Sencillo. A Zapatero le tocaba esta vez abrir todas las intervenciones temáticas y por esa razón debería haber llevado la iniciativa. Y no fue así. Salvo una primera intervención en que manifestó que en el debate anterior había dado cuentas de su gestión, y en el de anoche iba a hablar de propuestas, la verdad es que en cuanto Rajoy pudo llevó el encuentro a su terreno. Y le bastó bien poco. Un par de intervenciones y vuelta al pasado, a los últimos 4 años, a la inmigración, a ETA y a lo de siempre. Zapatero puso encima de la mesa propuestas sí, pero de forma un tanto caótica, no porque llevase el peso del debate. El candidado el PSOE respondía a las acusaciones de Rajoy, y de paso hablaba de propuestas, no al revés.

En líneas generales me dio la impresión de que Rajoy hizo mejor los deberes tras el anterior debate que Zapatero. Hubo más golpes de efecto, y me pareció que Rajoy los tenía mejor preparados. Ejemplos: sabía que Zapatero le iba a echar en cara las declaraciones de Elorriaga en el Financial Times, y le soltó un sopapo bien gordo leyendo el editorial del día de ese diario sobre la situación económica del país. Anduvo muy fino y rápido también cuando, tras afirmar el Presidente que iba a crear un observatorio en relación con los precios, le recordó inmediatamente que ya existe uno en el Ministerio de Agricultura. Fueron dos mandobles de envergadura.

Por su parte, Zapatero golpeó bien utilizando los datos del Informe de la ONU sobre desarrollo, en relación con la posición que ocupaba España tras los Gobiernos de González, la que ocupó tras los de Aznar, y en la que se encuentra ahora. Como efecto, probablemente con esa sola mención igualó los dos antedichos argumentos de Rajoy.

¿Por qué digo entonces que no me pareció que Zapatero brillase tanto? Sencillo también: cometió el colosal (e imperdonable) error de utilizar el número de asesinados por ETA durante los Gobiernos de Aznar cuando se vio algo acorralado por su oponente. Si utilizar el terrorismo con fines partidistas es algo que siempre he destestado del PP, con la misma razón lo detesté ayer de Zapatero. En mi cabeza sonó como cuando estás escuchando un vinilo en el tocadiscos y la aguja se lleva un golpe brusco que raya el disco, y salta sin volver a cazar un surco. Solo por ese detalle me resulta imposible afirmar que Zapatero ganó el debate. Me da igual que barriese en cuanto a las propuestas. Con ese comentario descendió al fango de lo indigno y echó por la borda todo lo que había podido obtener en su favor.

¿Sacó provecho Rajoy en el cómputo general? No para mí, por su propia torpeza. Y no lo hizo por tres grandes razones. Una, porque salvo en un caso, no habló de propuesta alguna de futuro. Su discurso no fue sino la confirmación de lo dicho por Elorriaga al Financial Times. Dos, entró al trapo con el tema de Irak y salió trasquilado. Parece mentira que crea que puede salir airoso en ese tema. Tuvo la desfachatez de decir que la guerra de Irak contó con el respaldo de la ONU y trató en vano de hacer ver que Zapatero apoyó la invasión armada de ese país. La ciudadanía sabe perfectamente cuál fue la postura de Zapatero con respecto a Irak, y la alusión al voto español a cierta Resolución de la ONU no hizo sino mostrarle más desesperado y ridículo aún. El tema de Irak lo tiene perdido de antemano y entrar en él a estas alturas intentando que la gente se replanteee unas conclusiones que hace tiempo sacó bien en claro, no hace más que dejarle en un mayor ridículo. Y tres, decir a estas alturas que las elecciones de 2004 las ganó el PSOE por Irak y por el11-M es decirle a la cara a la gente que te está viendo, y que votó al PSOE (es decir, a aquellos a los que supuestamente te quieres ganar), que son tontos y su voto fue manipulado.

Y luego está el temita de la famosa primera pregunta (12/05/04) que Rajoy formuló a Zapatero tras ser éste nombrado Presidente: «Señor Rodríguez Zapatero, ¿cómo valora Ud. los primeros días de su Gobierno?« En una inútil batalla para ganar credibilidad (o más bien, para quitársela al adversario), lo cierto es que ambos dedicaron unas cuatro intervenciones a una cuestión que me importa un rábano (como a casi todo el mundo, imagino). Fue bochornoso que en medio de argumentaciones sobre materias que no tenían nada que ver, de pronto volviesen ambos a ese tema. E igualmente lamentable me pareció que Zapatero dedicase, en la última intervención en el bloque de economía (1 minuto para conclusiones), casi 40 segundos a la pregunta de marras. Si tienes al líder de la oposición diciéndote hasta la saciedad lo poco que te importa la economía de los españoles, ¿por qué narices dedicas casi todas tus conclusiones en ese bloque a hablar de una imbecilidad tan grande?

Si mis sensaciones con el debate fueron esas, ¿cómo puedo explicarme entonces que las encuestas den como claro ganador a Zapatero? Debí sacar conclusiones erróneas probablemente. Pero también hay un factor muy curioso en cuanto a la percepción de la gente con respecto a este tipo de debates. Dicen los entendidos que en los debates para la Presidencia suele ganar quien dé mayor senación de «presidencialidad». No sé si lo voy a poder explicar. Quien dé una imagen de aspirante (siendo como son los dos candidatos de cara al debate) tiene muy pocas papeletas para ganar de cara a la opinión pública. Y eso es lo que ha hecho Rajoy en los dos debates. Se ha limitado a atacar, a hacer oposición al Presidente, sin explicar ni una sola propuesta, esto es, en ningún momento el espectador ha podido identificar al Rajoy del debate con un Rajoy presidente. Es algo parecido a lo que ocurrió (según dicen) entre Sarkozy y Ségolène. Ésta atacó, atacó y atacó. Sarko se defendió desde la calma y la seguridad en sí mismo. Ségolène siempre dio una imagen de oposición, y Sarkozy ejerció de Presidente. Eso significa (como muy bien ha dicho Juan Cruz) que para que Rajoy pudiera haber ganado un debate, debería haber hecho el triple de méritos que Zapatero, y además enfocarlo de otra forma. Y, como mucho, ha hecho lo mismo, o un poco más en determinados momentos. Nunca lo suficiente como para dejar de parecer lo que es: el líder de la oposición. Un simple aspirante, y ni un solo ápice de «presidencialidad».

Y eso, aunque la niña esté en su cabeza permanentemente.





La niña del futuro

26 02 2008

Voy a ser original: hablemos del debate de anoche. Como debate entre los dos candidatos principales a la Presidencia del Gobierno de un país, el de ayer merecería poco más que un par de comentarios. Fue desilusionante contemplar cómo en hora y media no se oyó una sola propuesta programática. Ni una sola idea concreta de proyecto. Ni una medida específica. Fue un solar.

Como debate entre dos candidatos en un país en el que hacía 15 años que no se celebraba uno, da para algo más. Eran tantas las ganas de que se celebrase que ya han corrido ríos de tinta y ondas herzianas. Y lo que te rondaré morena. Si tengo que quedarme con una primera impresión general, probablemente en conjunto Zapatero salió airoso de la contienda, pero por los pelos. Durante casi la primera mitad del debate, sinceramente vi mejor a Rajoy. La razón claramente la encuentro en el formato. En este primer debate Rajoy abrió todos y cada uno de los bloques temáticos, lo que le permitió llevar la iniciativa y centrar los monólogos en el terreno que más le interesaba. Probablemente el lunes que viene cambien las tornas. Ello no obstante, en la primera intervención de cada uno, previa al fuego cruzado y mirando a cámara, Rajoy dejó bastante que desear. No da bien cuando habla directamenente a la cámara y sus ojos no pararon de desviarse del objetivo, dando la impresión de buscar más allá del piloto rojo un no se sabe qué.

En el apartado económico se pudo ver claramente que ninguno de los dos candidatos domina la materia. Rajoy estuvo más certero utilizando los datos microeconómicos, y su comienzo con la batería de datos relativos a los precios de productos básicos llegó más, y obligó a Zapatero a intentar contrarrestarlos con datos macro, más abstractos para los ciudadanos. Se vio a un Presidente incómodo, al que le costó entrar en calor, y Rajoy tenía muy fácil las réplicas, echando en cara al Presidente que se refugiase en los datos macroeconómicos frente a los problemas económicos más cercanos a la ciudadanía. Sin embargo, Zapatero dio alguna muestra de recuperación cuando sacó a relucir la permisividad del Gobierno del PP para con el redondeo al alza a la entrada del euro.

En el siguiente bloque, dedicado a la inmigración política social, esperaba bastante más de Zapatero. En su ámbito estrella de la legislatura le vi poco fino, quizás lastrado por el hecho de que Rajoy abría cada una de sus intervenciones con el tema de la inmigración. El Presidente trató de contraatacar con la batería de medidas legales aprobadas durante su gestión en materia de dependencia, matrimonios entre homosexuales o igualdad pero lo hizo sin la contundencia que esperaba. Eso sí, en el tema de las regularizaciones realizadas por el PP (con bonobús) dio la sensación de que nuevamente se zafaba y no salía especialmente dañado. Rajoy únicamente salió del discurso de la inmigración para hacer referencia a los datos del informe PISA, y eché en falta mayor referencia por parte de ambos a la sanidad (la obviaron escandalosamente), que se supone debe ser uno de los pilares de toda política social de un Gobierno.

En ese momento hacía ganador a Rajoy a los puntos. Había golpeado fuerte en el aspecto económico y había llevado la cuestión social al terreno de la inmigración, impidiendo que el discurso de ZP quedase tan lucido como debiera. Y tocaba como siguiente bloque temático el de la seguridad (léase terrorismo), en el que suponía a un Rajoy incisivo y locuaz. Así empezó. Tuvo uno de sus momentos más brillantes cuando le espetó al Presidente con qué Zapatero debían quedarse los ciudadanos, si con el que hace tres años decía que el PCTV era legal, o con el que ahora dice que no; con el ZP que decía hace un año que ANV era legal o con el que ahora dice que no; con el ZP que dijo tras el atentado de la T4 que no iba a volver a hablar con Batasuna, o con el que reconoció en El Mundo que sí lo había hecho. Sin embargo, llegó el momento en que Rajoy hizo alusión a que cuando el PP salió del Gobierno ETA estaba prácticamente derrotada, y Zapatero recogió ese guante para dar una primera estocada: si ETA estaba tan derrotada, ¿cómo se explica que el Gobierno del PP culpase a ETA del mayor atentado terrorista de la historia de Europa? El golpe pilló a Rajoy a contrapie, y no levantó el vuelo. A partir de ahí su discurso devino agresivo y hasta nervioso.

Siguió transcurriendo el debate y ambos fueron liberándose del corsé. Rajoy estuvo muy fino recitando el Pacto del Tinell (lo tenía fácil en ese punto), y Zapatero mostró una gran contundencia dejando en evidencia a Rajoy en relación con el trasvase del Ebro. Diría que ahí se lo comió con patatas. El nerviosismo de Rajoy fue en aumento, y más que creció cuando ZP, frente al ataque de aquel en política exterior, replicó con firmeza utilizando la defensa de Aznar que hizo en la Cumbre de Santiago de Chile frente a los exabruptos de Hugo Chávez.

Y en éstas estábamos cuando Rajoy cometió su gran error en el debate (no contrarrestado de forma muy certera por el Presidente, todo sea dicho, si bien es posible que optase por que las propias palabras de Rajoy fueran más que suficientes para dejarlo en evidencia): la supuesta agresión de Zapatero a las víctimas del terrorismo. Cuando ZP le acorraló (brillantemente por cierto) con la idea de que no podría ser Presidente del Gobierno quien había despreciado a cierto sector de la cultura (llamó «untados» a los artistas que apoyaron abiertamente a Zapatero), Rajoy solo supo reaccionar con la monserga del ataque a las víctimas por parte del Gobierno. Ahí el Rajoy moderado se cayó con todo el equipo, dando paso al argumento estrella del sector más reaccionario del su partido. Si buscaba captar voto de centro, desde luego pudo perder un buen puñado de adeptos, a costa de ganar algunas palmaditas en la espalda de los fieles acólitos de la AVT tras el debate.

Y llegó el momento de las conclusiones. Es curioso cómo el Rajoy directo y seguro puede dar paso a otro de gesto forzado y perdido en cuanto mira directamente a cámara. Cuando no tiene un interlocutor físicamente definido delante, se pierde de forma escandalosa. El discursito de la niña del futuro me sonó lamentable. Más bien parecía una redacción escolar que el producto del trabajo de sesudos analistas. La referencia a una niña que habría de nacer en una familia de padres con trabajo, que habría de convertirse en una mujer madura y responsable, orgullosa de ser española fue alucinante. Rajoy transmutó en una especie de Gloria Fuertes que hubiera perdido la rima, y en dicha metamorfosis perdió también una oportunidad única de esbozar, al menos, las líneas generales de su proyecto político para los próximos cuatro años. Frente a ello, Zapatero sí supo seducir a la cámara, de la que no desvió la mirada más que en una ocasión, y se mostró infinitamente más seguro y claro.

Si de algo pecó el Presidente fue de aludir de forma bastante reiterada al pasado, si bien no deja de ser cierto que me hace gracia que Rajoy se llevase tanto las manos a la cabeza ante dichas alusiones, cuando precisamente formó parte de todos aquellos Gobiernos del PP, como Ministro y Vicepresidente. Si Rajoy fuese una cara nueva del partido, ese recurso de Zapatero se habría vuelto en su contra de forma contundente y probablemente irreparable. Siendo como es Rajoy parte de aquel pasado (por más que lo niegue), esas referencias a los Gobiernos del PP, si bien fueron excesivas cuantitativamente, no son ni mucho menos gratuitas.

El lunes que viene más, y esta vez con Zapatero llevando la inciativa al abrir los bloques temáticos. Supongo una mayor agresividad por parte del Presidente, y habrá que ver qué tal se maneja Rajoy en sus intervenciones cuando éstas sean contracorriente. Espero sinceramente que ambos candidatos hayan tomado buena nota de su principal error en el debate de ayer, y asistamos a una verdadera puesta de manifiesto de propuestas de aplicación futura, y no solo se hable de las niñas del futuro.





La economía de Pizarro

21 02 2008

Leído en El País:

«La eléctrica española Endesa ha declarado esta mañana a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) que pagó indemnizaciones por importe de 22,131 millones de euros a administradores y directivos de la sociedad en 2007. Esas indemnizaciones responden al relevo en la cúpula de la eléctrica tras la oferta pública de adquisición (OPA) lanzada por Acciona y Enel.

El ex presidente de Endesa, Manuel Pizarro, actual número dos de Mariano Rajoy en la lista del Partido Popular por Madrid, fue el único miembro el consejo con funciones ejecutivas que cesó tras la OPA y es el principal beneficiario de esas indemnizaciones, pero también ha habido relevos de personal clave en la alta dirección que han dado lugar al cobro de indemnizaciones. La eléctrica no desglosa qué parte de la indemnización corresponde a cada directivo ni cuál es el número de directivos beneficiarios.

En Endesa, las cláusulas de blindaje de sus directivos diferencian dos conceptos: una indemnización por extinción del contrato y otra por no trabajar para la competencia al dejar la compañía. Por extinción, las cláusulas de blindaje contemplan una indemnización de tres veces la retribución anual tanto en caso de mutuo acuerdo como de «desistimiento de la sociedad», léase despido. Además de las tres anualidades por extinción, el directivo tendrá derecho a cobrar una cantidad equivalente a una retribución fija anual como compensación por un pacto de no competencia por dos años.

El último año del que se conoce el sueldo de Pizarro es 2006. En ese ejercicio recibió 1,3 millones de retribución fija, 1,68 millones de paga variable y otros 670.000 euros en dietas, aportaciones a fondos de pensiones, primas de seguros y otras retribuciones menores. En total, 3,65 millones. Endesa no ha hecho público el importe de la indemnización que ha cobrado Pizarro por su cese pero con ese sueldo de referencia tendría derecho a cobrar por su salida una indemnización que puede estimarse entre los 9 y 12 millones de euros, según los conceptos que se tomen en el cálculo.»

Transcribo esta noticia sobre todo al hilo de un artículo de opinión que escribió Joaquín Estefanía en el suplemento Domingo del mismo periódico (20/01/08), titulado «Zares Económicos», y que me pareció en su momento muy interesante, y ahora viene que ni pintado:

«Hagamos un ejercicio de ucronía y supongamos dos hechos que han de demostrarse ciertos: que el PP gana las elecciones y que Rajoy nombra vicepresidente económico a quien hizo la campaña en esa área: el empresario Manuel Pizarro. Habría entonces que subrayar algunas diferencias sociológicas entre la personalidad de Pizarro y la de sus antecesores en el cargo desde que empezó la transición.

Ninguno de los responsables económicos desde Adolfo Suárez hasta hoy han provenido de la cúpula de la empresa privada. Unos eran altos funcionarios de la Administración (Fuentes Quintana, Solbes), y otros, militantes del partido que llegaba al poder, muy cercanos a su líder (Abril Martorell, Boyer, Solchaga). Sólo Rato había tenido alguna experiencia en la empresa privada familiar, pero si llegó al Gobierno fue por su activismo partidista. La mayoría, sólo cuando dio por finalizada su experiencia política, se fue a la empresa privada a ganar dinero.

Pizarro ha hecho el camino opuesto. Terminó pronto su vida como abogado del Estado y marchó al sector privado, donde ha ganado prestigio como gestor eficiente, y mucho dinero. Pero su desarrollo empresarial ha estado casi siempre trufado de vinculaciones con la vida política. Como presidente de una caja de ahorros (Ibercaja), su nombramiento dependió del visto bueno de las autoridades autonómicas aragonesas; fue presidente de una Endesa privatizada en su totalidad por el PP, sustituyendo a un militante de esa formación (Martín Villa) y también por su cercanía al partido que gobernaba. Y acababa de ser elegido consejero de Telefónica, en una especie de sorprendente cuota partidaria: por el PSOE, un amigo del presidente de Gobierno, Javier de Paz; por el PP, Manuel Pizarro, que tanto influyó (por su cercanía a Aznar y Rato) en el nombramiento de los presidentes de las empresas públicas privatizadas por el PP. Entre ellos, el del propio César Alierta, presidente de Telefónica (y antes, de Tabacalera). La privatización del sector público dio lugar a un sector privado gubernamental, con presidentes muy cercanos al PP: Villalonga, Alierta, González, Blesa, Cortina, Fernández Norniella, etcétera.

Si en el futuro tuviera Pizarro presencia en el Consejo de Ministros, habría de hilar muy fino cuando en el mismo se traten asuntos relacionados con el sector energético, telecomunicaciones o incluso el financiero, al existir una ley de regulación de los conflictos de intereses de los miembros del Gobierno que implica su abstención. Pero, sobre todo, habría una incompatibilidad política explícita si el PP tiene necesidad de pactar con los nacionalistas catalanes. Después del papel de Pizarro en la OPA de Endesa (jaleado por Esperanza Aguirre) buscando una empresa alemana para sustituir a la catalana Gas Natural como posible compradora, su presencia en el Gabinete de Rajoy parecería tan disuasiva como el recurso del PP sobre el Estatuto ante el Constitucional.»





All Star Game 1988 (Jordan, Wilkins, Bird)

17 02 2008

Ahora que este finde se ha celebrado el All Star en la NBA, me ha dado por recordar aquellos maravillosos años en cuyas madrugadas descubría alucinado el mejor basket del mundo de la mano del programa Cerca de las Estrellas, en TVE 2, presentado por el genial y polifacético Ramón Trecet (eso era retransmitir un partido de basket, y no lo de Andrés Montes), junto con un jovencísimo Esteban Gómez.

Gracias a ese programa, estrenado en el año 1987, pudimos disfrutar en estas latitudes de un grupo de jugadores de leyenda (probablemente nos permitió ver a lo más grande de la historia de la NBA) tan enorme cualitativa como cuantitativamente. Vimos el ocaso de los Celtics de Bird, McHale, Parish, Ainge…; el fulgor de los grandes Lakers de Magic, Worthy, un Abdul Jabbar a punto de retirarse, AC Green, Byron Scott…; el comienzo del reinado de los Bad Boys (Pistons), con mi ídolo de aquella época Isiah Thomas, más los Vinnie Johnson, Laimbeer, Joe Dumars, Rodman (que llegó después); los Sonics de la espectacular pareja formada por Dalle Ellis y Xavier McDaniel; los Nuggets de Alex English; los 76ers con la mole Charles Barkley; los Hawks con Dominique Wilkins; los Knicks liderados por Pat Ewing; la pareja total Stockton-Karl Malone en los Jazz (una pena inmensa que esos dos se retirasen sin ganar un anillo); los Rockets y sus «Torres Gemelas» (Ralph Sampson y un jovencillo Olajuwon); Clyde «The Glide» Drexler y sus Trail Blazers; Rolando Blackman en los Mavs; el equipazo de los Phoenix Suns (Kevin Johnson, Mark West, Tom Chambers, Dan Majerle, Jeff Hornacek…); y, claro, estaban fraguándose los enormes Bulls que arrasaron en los 90, con el germen formado por Jordan, Pippen, Paxon, Horace Grant, y Bill Cartwright.

En fin, que nos llegó una liga de basket a casa en la que, como mínimo, en cada equipo había un par de tíos que jugaban como los ángeles. Y así eran los All Star de aquellos finales de los 80 y principios de los 90. Una verdadera conjunción astral sobre el parqué. Jamás olvidaré esas madrugadas con mi tío (verdadero fanático del baloncesto), en casa de mis abuelos, para ver las finales de los Pistons contra los Lakers, y los piques entre ambos, él seguidor de los Lakers y yo, aunque solo fuera por fastidiar (y porque me encantaba Isiah Thomas), de los Pistons. Esas noches de NBA fueron una gozada.

Hace 20 años (el 7 de febrero de 1988) tuvo lugar en Chicago uno de los All Star Weekend más impresionantes de todos los tiempos. En primer lugar porque en él se celebró probablemente el mejor concurso de mates nunca disputado. La máxima expresión del mítico duelo Jordan vs Wilkins. Casi ná…

En segundo lugar, porque un señor llamado Larry Bird disputó la final del concurso de triples a otro señor llamado Dale Ellis y, cuando solo le quedaba un balón por lanzar (el último tricolor), estaban empatados, y pasó lo que podéis ver en el siguiente vídeo:

Y porque con tal cantidad de figuras el partido Este contra Oeste fue una auténtica gozada que terminó con victoria de los primeros por 138 a 133, habiendo jugando los siguientes equipos (acojona solo leerlos). Las mejores 10 jugadas del partido las tenéis a continuación. ¡Qué barbaridad de Magic Johnson!





Un cachondeo inmerecido

29 01 2008

Eso es lo que me parece el ya famoso temita de la promesa de Zapatero sobre los 400 €. Empiezo a estar hasta los pelos de promesas de bajadas de impuestos, cheques y demás zarandajas, al más puro estilo mercaderil. Lo de los 400 € es de traca.

No me parece moral ese tipo de propuestas en precampaña o campaña (más bien entiendo que debería ser una medida que, en caso de querer aplicarla, debería ser consensuada, al menos, por los dos principales partidos con opciones de acceso al Gobierno, de forma que su aplicación no dependiese de que uno gane o pierda las elecciones, y así nos evitaríamos que pareciese una compra de votos). Tampoco me parece progresiva. No sé de dónde leches se sacan que es progresiva la «devolución» de idéntica suma, independientemente de los ingresos de cada contribuyente.

No es, desde luego, solidaria y menos aún cuando hoy me he enterado de que a mí, como autónomo, no me corresponderá. Oiga, ¿es que yo no retengo un 15% en mis facturas a cuenta del IRPF o qué? ¿A qué leches jugamos? Los autónomos, como siempre, el último mono del sistema. Retenemos IRPF, pagamos IVA trimestralmente, no tenemos un empleador que nos pague parte de la cotización a la seguridad social… Y encima en la mayor parte de las situaciones, ni somos autónomos de hecho ni nada, sino que bajo nuestra supuesta autonomía lo que se esconde es una situación laboral por cuenta ajena, no declarada como tal, fundamentalmente para que nuestros jefes no tengan costes sociales.

A lo que iba, que me desvío. Ésto se ha convertido ya en un mercadeo por parte de PSOE y PP. Como lo que me pueda contar el PP ya no me sorprende, no me queda más que amargarme con las perlitas que nos va soltando el PSOE. Nos dicen que la economía española está preparada para lo que pueda venir en un futuro, que para eso está el superávit. Y al día siguiente resulta que al parecer, parte de ese superávit va a ir a parar, en forma de regalito al bolsillo de cada contribuyente (¿Toda la Galia? ¡No! Que aún hay un reducido grupo de irreductibles autónomos que no van a ver un duro, claro), durante los próximos cuatro años. Of course, da igual que el que lo vaya a recibir cobre 9.000 € al mes. Pobrecito mío que hay que compensarle (por ejemplo, como dijo ayer Caldera) por la subida de los tipos de interés en las hipotecas. Claro, le «compensan» a él igual que al mileurista que no tiene ni para pipas. Pa mear y no echar gota, como decía.

Parece ser que nos movemos entre dos extremos. O hacemos lo que tradicionalmente han exigido los ultracapitalistas norteamericanos, es decir, exigir rebajas fiscales a saco cuando hay superávit, o damos cheques. Insisto en lo de siempre. ¿¿Y las políticas sociales?? Que ya me conozco el percal. Que sé de más de uno y más de dos (¿miles de personas?) que lo que van a hacer es invertir esos 400 € de reducción de gastos en comprarse la Play 3, la tele pequeña de LCD para el dormitorio, o el monitor de 21″ para el ordenador. ¿Que muchas familias lo van a agradecer y van a saber darle un buen y útil destino? No lo niego, claro. Pero así no se hace política social, carajo.

Hablamos de un coste total de 5.000 millones de euros. ¿Sabéis lo que se puede hacer con eso? Lo pondré en cifras para que se capte mejor la idea: 5.000.000.000 €. Más claro aún: 831.930.000.000 de las antiguas pesetas. Eso son becas, guarderías públicas, escuelas, ayudas, infraestructuras, ayudas a la I+D… lo que sea. El Corte Inglés, si quiere, que dé cortycoles. Las Administraciones no, por favor. Inviertan, ayuden a los que más lo necesitan, cubran necesidades sociales a través de actuaciones reales, bajen ciertos impuestos de forma verdaderamente progresiva, echénnos un cable a todos, de acuerdo, pero no así.

Me ha quedado un post muy deslabazado, lo siento. Voy de culo en el curro.

P.D.: Asturcantino, espero que comentes, que si no te pongo ladrillos de politiqueo, «te me callas».

Aclaro que lo inmerecido del cachondeo que da título a esta entrada va por todos nosotros, que nos nos merecemos una precampaña tan poco seria como la que estamos teniendo.





Actualidad varia

9 01 2008

new-hampshire.jpg

Tras la celebración de los caucus en Iowa la semana pasada, ya sabemos los resultados de la votación celebrada ayer en New Hampshire. Y nuevamente las encuentas no han dado una. Si en Iowa pronosticaban una victoria de Hillary Clinton, y ganó Barack Obama, para la votación de ayer esperaban una clara victoria de Obama, y resulta que la Clinton ha dado un golpe de efecto que le devuelve todas las aspiraciones de cara a la carrera presidencial.

Con los datos de Iowa, dije que los tres principales candidatos demócratas podían encontrar razones para el optimismo. Tras New Hampshire, parece que la carrera en el seno demócrata va a quedar reducida a dos. Si bien John Edwards podría dar un susto en algún Estado en el Supermartes (5 de febrero del año de las elecciones presidenciales, en que se celebrarán primarias en la mayoría de Estados), tengo mis dudas de que vaya a llegar a él más que como mera comparsa. No obstante, las próximas primarias se celebrarán en Carolina del Sur, cuna de Edwards, y quizá en esa votación vuelva a tomar un poco de oxígeno.

La Clinton, con su lacrimógena escena de anteayer (que le hizo recuperar mucho voto femenino, según los analistas), se coloca nuevamente en primera línea junto a la sensación del momento, Obama. Me gustaría ver la cara de los analistas que vendían ya la piel del Obama antes de haberlo cazado. A eso le llamo yo dejarse arrastrar por la seducción de un político.

Las cosas se ponen al rojo vivo para las próximas votaciones en Carolina del Sur, y las siguientes, nada más y nada menos que en Florida.

Del lado republicano, clarísima victoria de McCain y desplome de Huckabee (menor del que presagiaban la encuentas, que lo situaban quinto), a la espera de la llegada a Florida, en donde aparecerá en escena Rudolph Giuliani.

EDITO para añadir que me he reído bastante escuchando esta mañana en la radio las explicaciones que han dado las empresas demoscópicas con respecto a las desastrosas encuestas publicadas sobre los que serían los resultados en las primarias de New Hampshire. Básicamente han dado tres motivos para ello:

1) El entusiasmo de los jóvenes que votaron a Obama en Iowa. (¿¿Pero la encuestas no era sobre New Hampshire??).

2) Según tales empresas, muchos votantes dijeron que votarían a Obama cuando realmente no pensaban hacerlo por miedo a ser tachados de racistas. (Realmente lamentable la excusa, que utiliza de forma facilona y cutre la raza del candidato que finalmente no fue tan votado como las encuestas dijeron. Algo así como un «si la gente lo ha votado menos de lo que dijimos, será porque es negro»).

3) Hubo gente que votó a Clinton porque era la candidata que aparecía en primer lugar en las papeletas por orden alfabético. (Como se ha dicho en la radio, eso es llamar directamente imbéciles a los electores y lo demás son tonterías).

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Pego unos fragmentos del interesantísimo artículo «El Honor de Dios« (Juan Luis Cebrián), publicado en El País.

«Sabemos que el cardenal Rouco Varela no es partidario del divorcio y así nos lo dio a conocer a finales del año pasado, con gran aparato propagandístico y mediático, rodeado de sus pares y jaleado por sus fieles. Pero sabemos también que la excepción confirma la regla y que hubo un divorcio concreto que sin duda no le debió sentar tan mal. Me refiero al de la princesa Letizia (con z de Zapatero), gracias al cual pudo el clérigo oficiar con la pompa debida los esponsales del heredero de la Corona en una escena digna del mejor Anouilh, en la que el honor de dios y el del rey parecieron, por un momento, evidenciarse absolutamente unidos. (…)

Merece la pena insistir en lo que oí por la radio al vicepresidente socialista de Castilla-La Mancha: los obispos y la Iglesia tienen todo el derecho a opinar de política, igual que cualquier ciudadano. Pues este es el punto: también los ciudadanos tenemos derecho a replicar a los obispos, sin ningún respeto diferencial hacia ellos más que el que se debe a todo individuo, pudiendo discrepar no sólo de sus opiniones políticas, sino polemizar también sobre sus recomendaciones morales y lucubraciones dogmáticas. Carecen por eso de fundamento las farisaicas quejas de algunos portavoces eclesiásticos por la supuesta campaña de descrédito organizada contra la Conferencia Episcopal tras la manifestación litúrgica. (…)

A los jóvenes de hoy conviene recordarles, o enseñarles si es que no lo saben, que el consejo que asumió la regencia del Estado a la muerte de Franco estaba compuesto por tres miembros, un civil, un militar y un prelado. La Iglesia ha ejercido de manera directa el poder temporal en este país hasta hace apenas tres décadas, permitiendo incluso a sus cardenales sentarse en las Cortes franquistas y sumarse al coro de los aplausos al dictador, a quien bendijeron como cabecilla de una auténtica cruzada de su fe. Ha disfrutado de prebendas, privilegios y prerrogativas como probablemente ninguna otra comunidad católica lo hizo durante el siglo XX en el mundo, desarrollando una actividad tan variopinta que le permitía lo mismo determinar la legislación con arreglo a sus conceptos morales que establecer el calendario de los días festivos. (…)

El laicismo, en la medida que exista, sólo puede ser radical, pues ha de garantizar la absoluta separación entre el Estado y cualquier tipo de confesión religiosa, por mayoritaria que sea, en la sociedad a la que representa. Pero el laicismo de nuestros gobernantes lejos de ser radical está más que descafeinado, al punto de permitir y promover la presencia de toda clase de símbolos, ritos y actos litúrgicos católicos en funciones estrictamente civiles, como los funerales de Estado o las tomas de posesión de los cargos públicos. Desde el punto de vista de la construcción democrática, estos hechos son más perniciosos incluso que la financiación con dinero público de las confesiones religiosas porque transmiten un permanente mensaje de la supuesta catolicidad del Estado. (…)»
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Había pensado escribir unos comentarios sobre la entrevista que anoche le hizo Àngels Barceló a Zapatero en la Ser, hilándola con la que esta mañana le ha hecho Francino a Pío García Escudero. Sin embargo, el exceso de curro en el día de hoy lo va a hacer imposible. Igual mañana pongo algo o, si no, lo meto como comentario en esta entrada.
Eso sí, no dejaré de decir que cada día me gusta (y seduce) más Àngels Barceló, y que la nueva etapa de Hora 25 tras el fallecimiento de Carlos Llamas va a ser una gozada.




Dos apuntes de bolsillo

4 12 2007

1) Estoy indignado con el anuncio zapateril de que, si gana las próximas elecciones, suprimirá el Impuesto sobre el Patrimonio (decisión a la que ya se ha sumado Rajoy, por supuesto).

 

Estoy hasta las narices de tanto anuncio electoralista de bajadas o supresiones de impuestos. Y estoy totalmente de acuerdo con lo que ha dicho Llamazares. Bajar o suprimir impuestos, en cuanto estrategia fiscal general, no es de izquierdas. Y mucho menos suprimir los impuestos que gravan a quienes más patrimonio tienen.

Y es que en este país, como en tantos otros, perdemos el culo cada vez que algún político nos dice que nos van a bajar los impuestos, sin parar a pensar dos consecuencias: O bien se reduce con ello el dinero destinado a gasto social. O bien lo recaudan a través de impuestos indirectos. Y en el caso de la supresión del Impuesto sobre el Patrimonio, al desparecer los ingresos que se obtienen con lo que pagan quienes más tienen, si se quiere recaudar lo mismo, ya os digo yo que quienes lo vamos a pagar somos los demás, por otros medios.

Partiendo de la base de que es necesario mejorar la gestión de los servicios públicos, ¿qué queremos? ¿Pagar menos impuestos? Pues no nos quejemos de que los servicios públicos funcionan mal o son escasos, o de que no hay partidas presupuestarias para cubrir determinadas necesidades sociales.

¿Queremos más y mejores servicios públicos? Pues no pidamos tanto que nos bajen los impuestos, y exijamos que se empleen bien los recursos del Estado. Yo soy partidario, como idea general, de impuestos directos frente a indirectos, pues son mucho más «controlables» y por lo general bastante más justos, dado que pueden gravar en función de la renta o el patrimonio. Y como a cualquier hijo de vecino me gustaría que hubiese un equilibrio coherente entre mis ingresos y la presión fiscal que soporto. Pero si tengo que pagar más por tener mejores servicios públicos, que así sea. Y si lo pienso yo con respecto a mi más que normal situación económica, más aún lo pienso con respecto a los que más tienen, que son precisamente los que se ven gravados con el Impuesto sobre el Patrimonio.

Estoy seguro de que si se hiciera un encuesta, preguntando a los que a día de hoy tienen que pagar el Impuesto sobre el Patrimonio, si están de acuerdo con que se suprima dicho tributo, sin más, el 99’9% contestaría que sí, sin hacer la más mínima reserva. Y así nos va. A ver cuándo leches empezamos a pensar en lo que la sociedad realmente necesita. Zapatero ha metido la pata, y bien hasta el fondo.

Llamadme rarito, pero si a mí se me pregunta en una encuesta si quiero que se bajen los impuestos, mi respuesta no sería un simple «sí», sino un «bueno, depende».

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2) Me ha llamado la atención una cosa en el «Pulsómetro» de hoy de la SER. Encuestados sobre al incremento de los precios, el 72% cree que el Gobierno no está tomando las medidas que debería para frenar la subida.

A mí ésto me hace gracia, como el tema de los impuestos. Vale, bien, 3/4 partes de los encuestados creen que el Gobierno no hace lo suficiente para evitar la subida de precios. ¿Por qué no jugamos a darle la vuelta a la pregunta?

¿Qué queremos que haga/debería hacer el Gobierno para evitar, por ejemplo, que suba el pan o la leche? No es fácil de responder, ¿verdad? Estoy seguro de que si preguntamos si se quiere que el Gobierno intervenga en el mercado, ni de lejos un 72% de los encuestados diría que sí. ¿Qué tipo de Gobierno estatal queremos desde el punto de vista del mercado? ¿Queremos intervencionismo o no? Si queremos intervencionismo (al menos es lo que refleja el resultado el Pulsómetro), ¿hasta qué punto?

¿Y si se aprobase que el litro de leche, por poner un ejemplo, no podría costar nunca más de 0,60 €? ¿Y si limitamos el precio de la barra de pan por arriba en 0,40 €? ¿O el kilo de patatas, cebollas, tomates…? ¿O el litro de aceite? ¿Seguiría habiendo un 72% que estaría a favor de tales medidas? Pues no, porque ya le empezaríamos a tocar el bolsillo a quienes se enriquecen intermediando, y el abanico de los que estarían en contra crecería. Pero si tenemos que culpar a alguien en esta materia, lo primero que se nos ocurre es señalar al Gobierno (sea del color que sea), y en este caso la cuestión no es desde luego tan sencilla. Antes deberíamos aclarar qué sistema queremos. Se nos llena la boca hablando de libre mercado, y culpamos a los de siempre en cuanto ese libre mercado actúa como no nos gusta.

Yo sí estoy a favor de un intervencionismo (y duro) en determinados sectores, y fundamentalmente contra quienes se lucran a costa de agricultores y ganaderos de un lado, y de consumidores de otro. ¿Y ese 72% del Pulsómetro? ¿Qué quieren ellos hacer?





Un mundo ¿feliz?

20 11 2007

 

Me cabreó profundamente ayer leer en El Mundo un artículo sobre el Dr. Kevin Warwick, especialista en robótica e implantes cibernéticos, y la posible comercialización en 2 ó 3 años de microchips localizadores para ser implantados en niños (personas, adultos del futuro).

 

Me encabroné por la forma del artículo, escrito bajo el título de «Kevin Warwick, el fabricante de microchips para localizar a niños secuetrados.»

 

Me encendí al leer que la demanda y el interés de padres por esta tecnología se ha disparado como consecuencia de la desaparición de la famosa Madeleine.

 

Me enfureció el tratamiento que se le daba al «invento», como simple solución para resolver casos de secuestros infantiles.

 

Me tocó los cojones el párrafo del artículo que dice:

 

«No está claro, sin embargo, si el nuevo localizador será un chip subcutáneo como aquél o alguna especie de implante parcial; algo que los críos –o, llegado el caso, sus secuestradores– no puedan tirar, pero que tampoco se convierta en una condena. ‘Si fueras una chica de 16 años, no te gustaría que tus padres dispusieran de esa tecnología’, señala Warwick.»

 

Me encolerizó saber la opinión de este tipo al decir:

 

«La tecnología involucrada no es particularmente cara», comenta, «pero se pagará por el servicio, como ahora ocurre con los móviles«. Por supuesto, se trata de un producto que «nadie quiere tener que usar nunca», pero que muchos desearían adquirir por si sucede lo peor.

 

Y ya me terminó de indignar la conclusión del científico:

 

Lo cual nos lleva a otro de los problemas éticos o sociales que podría originar el nuevo dispositivo de localización. ¿La tecnología estará en manos de la familia, de la Policía, de una empresa? «Ésa es la gran pregunta«, admite Warwick. «Probablemente, se solucionará de distintas formas en diferentes países«.

 

Consideraciones:

 

1) La simple posibilidad de que alguien pueda decidir ponerle a su hijo un chip para localizarlo me produce náuseas.

 

2) Me dan pena esos padres que, ante el Caso Madeleine, y supuestamente para proteger a sus hijos, reaccionan demandando un producto alienante y fascistoide, que equipara a hijos, perros, gatos y coches de lujo en el afán de tenerlos localizados.

 

3) Me parece vomitivo el planteamiento de que se trata de un producto que nadie quiere tener que usar nunca, pero que todo el mundo desearía tener por si sucede lo peor. Así piensan los yankees con respecto a las armas, y así les va.

 

4) Es alucinante que el tipo este se atreva a hablar de costes en los mismos términos que ocurre con los teléfonos móviles.

 

5) Me dan arcadas al ver que el Dr. Warwick, ante la gran pregunta de quién hará uso de esa tecnología (padres, empresas privadas, Estado), conteste con un a mí no me pregunten, que eso es algo que en cada sitio se regulará de una forma (que por supuesto me importa un huevo), pero yo mientras me forro vendiendo el microchip.

 

6) Hablar de tecnología al servicio de la familia, la policía o las empresas privadas me produce escalofríos. Se prescinde directamente del servicio que debe dar al individuo, a la persona, convirtiéndosele en parte misma de esa tecnología sin contar con su voluntad.

 

7) No estoy en absoluto en contra de los avances en materia de robótica, cibernética, genética… pero sí de su uso y venta como producto que satisfaga dudosos intereses desde el punto de vista ético, a costa de la voluntad del individuo (dejo al margen el debate sobre la investigación con células madre, que nada tiene que ver con ésto que ahora comento).

 

8 ) Cada vez entiendo menos a muchos de los padres de ahora (y lo digo sin serlo). Ese afán por la asepsia, por elegir el camino más fácil, por la no educación y el ya me los tienen que educar en la escuela, por darles a niños de 6 años un teléfono móvil, por ser capaces de privarles de la mínima autonomía por el simple puede pasar. Sé que es un debate complejo y largo pero la simple idea de que unos padres sean capaces de castrar a sus hijos por la simple posibilidad de que sean secuestrados me parece abominable.

 

9) A esos padres: Cuando su hijo deje de ser un niño y se convierta en adolescente y después en adulto, ¿qué? Se comenta en el artículo la posibilidad de que esos implantes se puedan quitar con los años. Sin embargo, imagino que para eso será necesario que alguien lo quite y ahí ya entramos en un terreno en el que eliminar ese localizador no depende simplemente de la voluntad del que lo lleva.

 

10) Pienso en Aldous Huxley y me pongo a temblar…

 

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EDITO (Si no lo añado, reviento): Llamadme lo que queráis, decidme que con esta afirmación voy en contra de la libertad de elección de quienes quieran adquirirlo y blablabla, me da igual. YO PROHIBIRÍA LA COMERCIALIZACIÓN de esos microchips. Tal cual. (No sé por qué leches este párrafo se me queda centrado)