La verdad al desnudo

3 06 2008

Leo en El País que Alaska se ha desnudado para protagonizar una campaña en contra de las corridas de toros, a iniciativa de las asociaciones PETA y AnimaNaturalis. La imagen de dicha campaña, al más puro estilo pulp, ha sido creada por el genial Juan Gatti, creativo y amigo de Pedro Almodóvar, para quien ha realizado los carteles y créditos de buena parte de sus películas (ya hablé de él en este blog en una entrada monográfica sobre los títulos de crédito en el cine).

No solo comparto el fin de la campaña sino que el cartel me parece una preciosidad.


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30 responses

3 06 2008
Alejandro Pumarino

El cartel es precioso.
Es difícil decidir sobre las corridas de toros. Impedir su celebración sería tanto como cercenar la libertad de quienes vienen haciéndolo desde hace siglos, o podría interpretarse como imposición de un determinado sector con una muy concreta forma de pensar, sobre el resto. Yo no soy aficionado, no me gustan los toros, ni me parece un espectáculo ver como acribillan a un animal, pero entiendo que debo de respetar, cuando menos, la tradición centenaria, aunque con todo el derecho a la crítica.
Por otro lado no me parece válido el argumento de que el animal sufre. Por supuesto que sí. También sufren los calamares en la red de arrastre cuando se desgarran la piel intentando evadirse de su prisión; la diferencia quizás estribe en que, de los toros, se hace espectáculo y de la agonía del calamar, no.
Allá cada cual con sus gustos. Puede que sea mejor esperar a que nadie desee ir a los toros y desparecerá solo el espectáculo, pero hasta entonces, mi opinión solo puede ser una: CRITICA SÍ, PROHIBICION NO.

3 06 2008
Glenclous

A ver, que no me ha quedado muy claro: ¿Los toros no deben prohibirse porque son una tradición centenaria, porque sus detractores piensan todos de una determinada forma (a saber cual será), o porque los calamares sufren al ser pescados?
Porque que yo sepa, nadie paga entradas para regodearse en la agonía de ningún calamar, ni nadie se enriquece vendiéndolas.
Tampoco entiendo porqué se prohíbe que se tiren cabras de campanarios, si también es una tradición centenaria. Se me ocurren decenas de crudelísimas tradiciones centenarias que afortunadamente no se practican en nuestros días. ¿Deberían volver a imponerse? ¿Y si son milenarias las podemos imponer diez veces?
¿La libertad de quién concretamente se cercenaría si se aboliese esa salvajada? ¿La reforma del Código Penal que tipifica el maltrato de animales como delito cercena la libertad de quien gusta de matar perros a patadas? ¿Debería abolirse también esa ley por ese mismo razonamiento?
Por otra parte, conozco a aficionados y detractores de los toros con formas muy dispares de pensar. No tengo muy claro a qué se refiere con ese determinado sector del que habla.
Ainss, no sé qué voy a hacer con tanta duda…

4 06 2008
Mirella

En mi opinion, no hay por que respetar tradiciones solo porque lo son. La fiesta de los toros es cruel porque se mata a un animal, se le hace sufrir antes y se hace espectaculo de esa muerte y ese sufrimiento. Eso esta claro y no tiene nada que ver con matar a un animal para comerselo. Que haya que respetar la tradicion porque hay un sector de la sociedad al que le gusta y porque es una tradicion centenaria me parece una tonteria.

4 06 2008
Aurë

Pumarino dijo: «Allá cada cual con sus gustos. Puede que sea mejor esperar a que nadie desee ir a los toros y desparecerá solo el espectáculo, pero hasta entonces, mi opinión solo puede ser una: CRITICA SÍ, PROHIBICION NO.»

Lo de allá cada cual con sus gustos me ha llegado al alma. Hay determinadas visiones del liberalismo que me tocan soberanamente las narices, y que sinceramente creo que son un tumor social. Y si encima la mejor idea para acabar con esa bestialidad hecha negocio y espectáculo que son las corridas de toros es una especie de «laissez faire, laissez passer» tan cogida por los pelos, apaga y vámonos.

Lo de las tradiciones es otra cosa que me hace mucha gracia. Hay dos formas de entenderlas. La más conservadora, que ve en ellas algo que debe ser mantenido y acatado acríticamente porque es una tradición y punto pelota, y si la cuestionas estás yendo en contra de las raíces culturales de un pueblo. Y una más progresista, por así decir, que entiende que la vitalidad de una tradición depende directamente de su capacidad para renovarse más o menos profundamente a fin de continuar siendo «útil» para la sociedad. ¿Qué utilidad tienen las corridas de toros, más allá de que ciertas personas se forren y otras muchas se diviertan, cuando se hace a costa de torturar a unos pobres bichos? Ninguna. Por ello defiendo que se prohíban pero ya. Las procesiones de Semana Santa me parecen una reminiscencia oscurantista que encima son molestas porque colapsan los centros de las ciudades, y ahí te quedes con tu coche a la salida del curro hora y media dando vueltas antes de llegar a casa porque están paseando al santo de turno. Más allá de esa molestia, ¿pisotean derechos esenciales? Pues no, y además para mucha gente tienen un significado importantísimo. Bien están, entonces.

Por último, y en cuanto al tema de los calamares, estoy de acuerdo en que determinados métodos de pesca son una salvajada. No me vale simplemente que se diga que como se hace para comer, tampoco pasa nada porque para pescar ciertos peces, se maten a otros tantos como consecuencia de, por ejemplo, las redes de arrastre. Sobre este particular, me parece interesante introducir un elemento de polémica. Siempre recordaré una respuesta de Juan Echanove (que me parece un tío estupendo) en una entrevista en la que, preguntado por la caza de ballenas, dijo que mientras hubiera un niño muriéndose de hambre en algún sitio, le parecía perfecto matarlas a todas para darles de comer. Con dos cojones. Me dejó roto. A eso le llamo yo demagogia barata. Primero porque es una soberana estupidez pensar que matando ballenas su carne va a llegar a Somalia, por poner un ejempo. Segundo, esa concepción del hombre como dueño de un mundo del que puede servirse como si de un frigorífico se tratase, para paliar los desequilibrios que el propio hombre ha creado, es para mear y no echar gota.

4 06 2008
Asturcantino

Otra vez volvemos al punto de confrontación entre biocentristas y antropocentristas (entre los que me cuento). Imagino que mis argumentos en favor de la lidia de toros bravos os pareceran tan livianos como a mí los vuestros, por lo que me abstendré de esforzarme. Pero no me voy a privar de dejaros un extracto de un artículo de Pérez-Reverte, que no es conocido por ser amigo de la fiesta nacional:
«(…)Yo de lo único que sé es de lo que sabe cualquiera que se fije: animales bravos y hombres valientes. El arte se lo dejo a los expertos. De las palabras bravura y valor, sin embargo, puede hablar todo el mundo, o casi. De eso fue de lo que hablé en Sevilla. Sobre todo, del niño que iba a los toros de la mano de su abuelo, en un tiempo en que los psicoterapeutas, psicopedagogos y psicodemagogos todavía no se habían hecho amos de la educación infantil. Cuando los Reyes Magos, que entonces eran reyes sin complejos, aún no se la cogían con papel de fumar y dejaban pistolas de vaquero, soldaditos de plástico, caballos de cartón y espadas. Hasta trajes de torero, ponían a veces. Aquel niño, como digo, se llenó los ojos y la memoria con el espectáculo del albero, ampliando el territorio de los libros que por aquel tiempo devoraba con pasión desaforada: la soledad del héroe, el torero y su enemigo en el centro del ruedo. De la mano del abuelo, el niño aprendió allí algunas cosas útiles sobre el coraje y la cobardía, sobre la dignidad del hombre que se atreve y la del animal que lucha hasta el fin. Toreros impasibles con la muerte a tres centímetros de la femoral. Toreros descompuestos que se libraban con infames bajonazos. Hombres heridos o maltrechos que se ajustaban el corbatín mirando hacia la nada antes de entrar a matar, o a morir, con la naturalidad de quien entra en un bar y pide un vaso de vino. Toros indultados por su bravura, aún con la cabeza erguida, firmes sobre sus patas, como gladiadores preguntándose si aún tenían que seguir luchando. Así, el niño aprendió a mirar. A ver cosas que de otro modo no habría visto. A valorar pronto ciertas palabras –valor, maneras, temple, dignidad, vergüenza torera, vida y muerte– como algo natural, consustancial a la existencia de hombres y animales. Hombres enfrentados al miedo, animales peligrosos que traían cortijos en los lomos o mutilación, fracaso, miseria y olvido en los pitones. El ser humano peleando, como desde hace siglos lo hace, por afán de gloria, por hambre, por dinero, por vergüenza. Por reputación(…)»

Lo sé, seguimos discrepando.

4 06 2008
Mirella

Una historia muy bonita que no esconde la verdad de lo que es el toreo. La valentia, dignidad, vida, muerte… se pueden ver en muchos otros sitios y no hay que torturar y sacrificar a un animal por diversion de algunas personas. Hay tantas cosas por las que merece pelear de verdad, se tiene que perder el tiempo luchando contra animales que seguro que no quieren morir asi?

4 06 2008
Aurë

Coño, la niña de Rajoy se ha hecho niño y va con su abuelo a los toros.

¿Los niños romanos también aprenderían esos valores viendo matarse entre sí a los gladiadores porque no tenían más cojones? Y de los leones devorando cristianos supongo que también.

El Reverte no-niño debió aprender un huevo también acerca de la vida, la muerte, el valor, maneras, temple… en las guerras en que ha ejercido su profesión. ¿Las usamos también en el mismo sentido? ¿Metemos también a los niños? Llamadme simplista pero no creo que precisamente los valores que un «niño» pueda aprender de los toros sea la mejor idea para defender las corridas de toros. Puedo dar una lista de aquellas cosas no tan positivas que podría aprender un niño de ellas.

Lorca escribió maravillas sobre el mundo del toreo. Y no me hacen ni pestañear con respecto a si deben prohibirse o no las corridas de toros.

Astur, la mala leche del principio de la respuesta sabes que no tiene nada que ver contigo sino con los toros. Es un tema que hace que me hierva la sangre.

P.S.: Un niño no tiene ni puta idea de la vida, la muerte, las maneras y el temple si ve una corrida de toros. Otra cosa es que a Pérez Reverte le pareciese estupendo utilizar esa imagen con fines literarios, interpretando desde una mente adulta los recuerdos de la infancia, y le mole cómo queda escrito.

Ah, otra cosa. ¿Se tiene que ser biocentrista o antropocentrista así, en plan maniqueo? Hay que ver lo que cuesta encontrar el jodío término medio…

4 06 2008
clickandrec

Hola veo que hiciste un post sobre photoespaña, creo que te podria interesar el concurso click&rec PHE 08,1ª edición concurso nacional de videoarte.
Es un concurso destinado a videoartistas con un premio de 3000€ para financiar tu próxima pieza de videoarte, puedes conseguir más información en :

click&rec
1ª edición concurso nacional de videoarte
http://www.concursoclick.com/
http://clicandrec.wordpress.com/

4 06 2008
Asturcantino

Ya lo había dicho yo, seguimos discrepando.

¿Que si cuesta encontrar el término medio? Que le pregunten a Rajoy!
Por cierto, después del último «viaje al centro del PP» (término acuñado por Aznar), siempre me pregunté: «Si hicieron un viaje al centro y llegaron hasta ese punto, ¿de dónde coño venían?». Ahora que Rajoy propone otro viajecito, cabe plantearse si el centro de destino es el mismo de hace unos años, o si viene de más cerca (que lo dudo) para que se enfaden algunos de esa manera!

En fin, son unas reflexiones garrafón de un maldito jefe de obra que debería estar dedicándose a otros menesteres a estas alturas de mes…

4 06 2008
Galahan

Sí, vale, lo de los toros y eso, guay… pero…
Ya que dices que vas a salir desnuda para publicitar el tema… Cojones, sal desnuda. Que no pongan el cuerpo de otra.
Porque ¿alguien se cree que ese cuerpo sea de Alaska?
Por favor…

Eso sí, quien sea, señora, es usted estupenda.
Y Alaska también, pero carajo…

4 06 2008
Aurë

Galahan, es que se me ha pasado decir que la campaña es doble: en contra de las corridas de toros, y como máxima expresión artística del fotochó. Y sí, sea quien sea, está estupendamente tremenda.

Astur, prometo abrir una entrada antes de que acabe la semana para que nos extendamos en el tema PP.

4 06 2008
Glenclous

Hoy he visto en Sé lo que hicisteis a Alaska comentando el tema. Ha dicho algo así como «Sí, bonito cartel, pero hoy vengo sin el fotoshop puesto, lo siento». Me parece fantástico que lo admita sin tapujos. Igualita que la Preysler, vamos.

4 06 2008
Sensai

Pues para tener 3 banderillas clavadas, pone una cara de «pose», que no me parece que haga mucho por representar el dolor del toro …

A mi los toros me gustan, ¿contradicción? pues yo que se, no puedo negar lo que siento y me emociona, lo siento.

No tengo argumentos que os puedan convencer. A mi, el que tenga la misma sensibilidad por los pollos, ternera, cerdos, codornices, etc, me solidariza, pero qué queréis, no soy vegetariana, como animalitos a los que no matan a besos y me encantan, qué cruel, ¿verdad?

5 06 2008
Alejandro Pumarino

Señores:
Me alegra ver las posturas encontradas, especialmente a raíz de mi primer comentario. Me permito plantear una cuestión simple, pero práctica: Hoy las corridas de toros son legales; se trata de una fiesta celebrada «con permiso de la autoridad competente», como rezan los carteles. ¿Proponen vds. una ley para prohibir este tipo de eventos?. En caso de que la respuesta sea afirmativa, ¿por qué alguien se arroga el derecho a impedirlos?, ¿quién reparte los carnets con la autorización moral para decidir qué es bueno y qué es malo?. Eso es, precisamente, Dª Glenclous, lo que quería significar antes con la crítica y la prohibición; el cambio necesario -a mi me parecería estupendo- está en la educación, pero entiendo que es éticamente inocrrecto privar a un ciudadano medio (de edad y nivel económico) de las corridas de toros que lleva viendo cuarenta años: No se le pueden cambiar las reglas de juego a mitad de la partida.
Y mire vd., Dª Glenclous, a mi no me gustan los toros, en mi vida he visto una corrida en directo y si encuentro una en la televisión, cambio de canal; encuentro una aberración tirar la cabra de un campanario, pero tampoco lo prohibiría. La cabra se muere del golpe, seguro, pero… ¿vio vd. alguna vez matar un cerdo?. Se le sujeta y se le corta el cuello para recoger la sangre de la carótida, mientras se revuelve con un palo; de ahí salen estupendas morcillas -que eso sí que me lo como- o se consume frita; esa forma de muerte es cruel como ninguna, pero se practica diariamente. ¿Propone vd. también prohibirla?. ¿Qué diferencia hay entre tirar a una cabra de un campanario (se muere de un solo golpe) o sangrar a un cerdo hasta la muerte?. La verdad, no veo mucha diferencia entre las dos.
Finalmente una reflexión: Aunque el torero tenga más posibilidades de salir vivo del lance, el toro tiene una lucha contra el hombre; quien más de una ocasión perdió la vida, que se lo cuenten a Manolete o a Paquirri. El pobre cerdo no tiene ninguna «chance». De verdad.

5 06 2008
Aurë

Sr. Pumarino, con todos los respetos, alucino con un par de sus comentarios:

1) «¿Proponen vds. una ley para prohibir este tipo de eventos?. En caso de que la respuesta sea afirmativa, ¿por qué alguien se arroga el derecho a impedirlos?, ¿quién reparte los carnets con la autorización moral para decidir qué es bueno y qué es malo?»

Básicamente, los carnés los reparte el pueblo español eligiendo a sus representantes en las dos Cámaras, que son las encargadas de legislar, fíjese bien, hasta en materia penal, en la que se deciden por parte los representantes de los ciudadanos las más severas restricciones a la libertad del individuo que se pueden practicar. ¿Entramos a cuestionar la «legitimidad moral» del legislador penal también?

2) «… entiendo que es éticamente inocrrecto privar a un ciudadano medio (de edad y nivel económico) de las corridas de toros que lleva viendo cuarenta años: No se le pueden cambiar las reglas de juego a mitad de la partida.»

¿A mitad de la partida? ¿De la partida de qué y de quién? Lo intento pero no lo entiendo. Las normas se elaboran, aprueban y entran en vigor cuando lo hacen, y punto. No entienden de partidas a medio jugar (para eso ya están las Disposiciones Transitorias, pero no vienen al caso). Le voy a poner un ejemplo para que vea lo poco consistente de su argumento: Ley Orgánica 15/2003 por la que se modifica, entre otros, el art. 189 del Código Penal. Con tal modificación pasó a estar penada (multa o prisión) la posesión para uso propio de material pornográfico en el que intervengan menores o incapaces. Entró en vigor el 1 de octubre de 2004. ¿Se imagina Ud. a un consumidor de pornografía infantil clamando al cielo por haberle cambiado las reglas del juego a mitad de partida, cuando él llevaba 20 años consumiendo ese tipo de productos? No dudo que algún imbécil lo hará pero ya se cuidaría mucho de hacerlo público. Sé que es un ejemplo extremo pero el argumento es exactamente el mismo que ha usado Ud.

3) «Encuentro una aberración tirar la cabra de un campanario, pero tampoco lo prohibiría. La cabra se muere del golpe, seguro, pero… ¿vio vd. alguna vez matar un cerdo?»

Pues nada, dejemos a esos salvajes seguir tirando a las cabras desde un campanario. Total, se muere del golpe… El sufrimiento del pobre animal desde que 40 imbéciles lo cogen y se lo llevan escaleras arriba, soltando gilipolleces sobre el patrón de su pueblo y lo grandes que tienen los huevos los mozos del sitio que sea, el padecimiento de la pobre cabra mientras cae desde lo alto del camparario, el hecho de matar a un pobre bicho que pasaba por allí, e incluso la posibilidad remota de que no muera en el momento del impacto, veo que a Ud. le importan un pito, frente a la sacrosanta «libertad» de esa banda de capullos.

Salvaguardemos la libertad de 40 tarados que encuentran gracia en ello. La «moral» (palabra que les encanta a algunos) de esos 40 imbéciles veo que tiene mucho peso para Ud.

Y luego está lo del cerdo. Le aseguro que estoy absolutamente en contra de ese sistema por el que se mata al cerdo. Como no soy hipócrita, reconozco que me encantan las morcillas. Y sería feliz sin volver a comerlas, si con ello se pudiera evitar que sufrieran de esa manera, se lo aseguro. Y le digo más: sí, prohibiría esa práctica. Eso, y la aberrante forma en que se transporta a los cerdos por carretera (y digo estas dos últimas cosas, aun sabiendo que me pueden caer palos por todos lados, o fundamentalmente desde Asturias… 😉 ).

Además, al menos para mí, argumentar lo maravilloso que es el tocino (nunca mejor dicho) para defender a la velocidad nunca me ha parecido buena forma de mantener una postura a favor de la velocidad.

5 06 2008
Glenclous

Señor Pumarino: veo que como de costumbre, ante la falta de respuestas, desvía usted el tema. Lo que más arriba eran calamares, ahora son cerdos, pero mi opinión sigue siendo la misma: Nadie se enriquece vendiendo entradas para ver desangrarse a ese cerdo del que habla, y nadie aplaude el sufrimiento de ese cerdo con sus mejores galas puestas. La cabra que cae del campanario, muera de un solo golpe o sobreviva a la caída con diecisiete huesos rotos, muere simplemente porque a unos cenutrios les ha apetecido matarla y sin ningún otro fin. No me voy a extender explicándole la diferencia entre una muerte y otra porque estoy segura de que aunque lo niegue, entiende perfectamente lo que quiero decir. Puede que sí me extienda (pero no mucho, tampoco le quiero aburrir) explicándole que en los mataderos españoles, la ley dicta que los cerdos deben ser aturdidos con una descarga eléctrica que les deja inconscientes antes de desangrarlos. Y que precisamente por este tipo de leyes, que se crearon para evitar crueldad innecesaria y para garantizar la higiene en la matanza de animales para consumo humano, las matanzas tradicionales son ilegales. Otra cosa es que en muchos pueblos se haga la vista gorda y se sigan practicando, pero matar al gorrino en casa es ilegal.
Además me decepciona usted utilizando argumentos del tipo “Los toros son crueles pero otras prácticas también”. Por supuesto que lo son. ¿Y? ¿Porque se desangren cerdos el espectáculo taurino es menos cruel o más justificable?
Cuando usted quiera hablamos de cerdos desangrados, calamares lastimados y ocas cebadas con mangueras directas al estómago para obtener foie. Pero ahora estamos hablando de toros, y ninguna de esas prácticas supone un argumento válido a la hora de justificar lo cruel que es la tortura de un ser vivo como espectáculo y como negocio: Las otras también lo son y nadie le va a discutir eso.
Por otra parte, considero muy osado justificar determinadas prácticas porque se celebran “con permiso de la autoridad competente”, pero allá usted. En multitud de países democráticos se practica la pena de muerte, la ablación del clítoris, la discriminación racial y sexual, las violaciones, el abuso de menores, el trabajo infantil, las lapidaciones y demás lindezas con permiso de la autoridad competente. Incluso en el tema que nos ocupa, durante muchos años ha sido legal sacar caballos al ruedo sin protección para morir destripados y ahora no lo es porque en algún momento algún legislador lo consideró un espectáculo excesivamente cruel. También hay muchos países del llamado primer mundo, con democracias mucho más antiguas que la nuestra, cuyas leyes impiden la celebración de una corrida de toros en su territorio.
Con respecto a su reflexión, sólo un pequeño apunte: Manolete y Paquirri tuvieron muchas “chances”. Ellos mismos escogieron ponerse delante del toro que les mató sin que nadie les obligase. Si ahora nos ponemos a comparar a hombres con cerdos yo por lo menos me desviaría bastante del tema, y tampoco es cuestión de hablarle sobre mi vida sentimental.

5 06 2008
Aurë

Gracias Glen. Ahora voy a comerme las morcillas mucho más tranquilo. 😉

5 06 2008
Alejandro Pumarino

Bueno, vale, vale… que yo no soy partidario de las corridas de toros y parece como si las defendiese. Volvamos al tema: A mi no me gustan, pero tampoco votaría favorablemente para que se prohibiesen.
Sr. Aurë: No había segunda -ni mala- intención en el cambio de las reglas de juego a mitad de la partida. Trato de defender la desparición de ciertas tradiciones a través de la educación y no del Decreto-Ley, ni para unos temas ni para otros. Igualmente no tiraría a la cabra del campanario, me parece una bestialidad, y el calificativo de cenutrios que utilizó Glenclous -muchas gracias- me encantó.
Mire vd. un mal no justifica otro, por supuesto y, como decía antes, Sr. Aurë, la respuesta de que diariamente mueren no se cuantos miles de seres humanos de hambre, descoloca cualquier tema. Pienso que las corridas de toros desparecerán paulatinamente de la vida pública porque la educación de las nuevas generaciones no los llevará a este tipo de festejos, es mi opinión evidentemente, y creo que es el camino que debemos de seguir, el menos traumático y el más eficaz.
Dª Glenclous:
Los animales en los mataderos se someten a un estrés importante desde el momento en el que se les encajona para poder aplicarles una descarga eléctrica (¿¿¿???¡¡¡!!!) o dispararles en la cerviz para cepillarse en tronco del encéfalo; ello al margen del sacrificio propiamente dicho. Convengo en que el sufrimiento sea menor y en que no se hace un espectáculo de ello, pero volviendo a lo que dije al Sr. Aurë, inútil muerte cuando kilos de carne se van a la basura, por ejemplo, como excedente de una boda y mientras -repito- se mueren críos de hambre en el mundo.
No defiendo las corridas de toros; además me gusta la polémica y debatir con ustedes me parece enriquecedor, pero insisto en que no se deberían ver prohibidas por Decreto Ley. Y pienso que el de la pornografía infantil no es un buen ejemplo; es algo así como la esclavitud, se refiere a los seres humanos y por ello resulta automáticamente diferente. Cuando vamos en automóvil por el verano a la playa a tomar el sol, se deja la vida en el cristal del vehículo una docena larga de abejorros «Pérez», que también son una forma de vida; cuando pescamos una lubina -a la espalda, pelín de ajo chorrito de vinagre- es un espectáculo verla salir del agua y morir ahogada, y se considera un deporte. Hay muchas cosas malas y que nos deben de preocupar antes que las corridas de toros, sobre las que insisto, la educación les terminará por poner fin.
Un placer su compañía cibernética.
Un saludo a todos.
Y disculpen la extensión. El tema lo merece.

5 06 2008
Aurë

Volvemos a lo que decía Asturcantino: ¿antropocentrismo? ¿Y en qué medida?

Sobre los insectos en los parabrisas, no me va a comparar Ud. la capacidad biológica de padecer sufrimiento en un mamífero con la de un insecto. En fin, que no es plan de estar tensando la misma cuerda durante días.

Antrpocentrismo, sí pero con límites. Biocentrismo, sí pero con límites. Equilibrio. Ya lo decía antes.

5 06 2008
Glenclous

No, si ya sabía yo que el razonamiento de «como en este mundo hay cosas crueles que no tienen nada que ver, mejor dejamos los toros como están» no iba a variar. Ahora es la carne que se tira en las bodas, los niños que se mueren de hambre y las lubinas.
Sr. Pumarino: ¿De verdad los considera temas equiparables a los toros hasta el punto de utilizarlos para justificar su continuidad? ¿O es que en lugar de debatir lo que le gusta es marear la perdiz? Para la próxima intervención le sugiero como temas la caza de ballenas, lo caro que está el teatro y los hormigueros aplastados.

6 06 2008
Asturcantino

Si por ventura soltáis el papel de fumar, os dejo el enlace de youtube del faenón de José Tomás ayer en Las Ventas http://www.youtube.com/watch?v=eIpeYI-Q5Q0

Cuando queráis hablamos de las «chances» del morlaco cuando se le pone delante D. José.

PS: Por cierto, se empieza diciendo «chance» y se acaba en esta aberración: «»In un placete de La Mancha of which nombre no quiero remembrearme, vivía, not so long ago, uno de esos gentlemen who always tienen una lanza in the rack, una buckler antigua, a skinny caballo y un grayhound para el chase».:)

6 06 2008
Aurë

Esta mañana, cuando he leído en El País el titular de la corrida en Las Ventas de ayer he pensado en ti, Astur. Y hasta he llegado a pensar que capaz serías de comentarlo por estos lares. Me alegra conocer bien a mis amigos… 😉

Hubiese preferido una versión en cockney rhyming slang, ya que estás tan puesto. Esa me la reservas para el día de las Fever Tree.

6 06 2008
Alejandro Pumarino

Fever Tree -para mi- es una excelente marca de tónica que mezclada en su justa medida con una dosis de Citadelle, arroja como resultado un excelente -puede que el mejor- Gin-Tonic. Quedan vds. invitados.
Dª Glenclous: Trato de no marear la perdiz y sobre todo, de no defender las corridas de toros. Personalmente me parece más penoso el despilfarro de las celebraciones sociales que las corridas de toros, pero ese es otro tema.
Lo que defiendo es que desaparezcan solas, como resultado de la ausencia de demanda por parte de una sociedad con otro tipo de cultura, y para ello debemos basarnos en la educación antes que en la prohibición. Ya le dije que no me gustan los toros, pero igualmente insisto en que debemos hacer bueno el dicho de «prohibido prohibir».
También esta vd. invitada al Citadelle con Fever Tree, aunque uno prefiera el ron tostado con cola.

6 06 2008
Asturcantino

Me parece demasiado aromática la Citadelle, prefiero la Hendrick’s o la London Gin, siempre con Fever Tree. Pero a caballo regalado…
Sr. Pumarino, tengo la impresión de que vd. y yo hemos debido coincidir en alguna ocasión en Barbabacana, en Marqués de San Esteban, ¿me equivoco?

6 06 2008
Aurë

XXXX (ponga aquí lo que sea apropiado en función de sus creencias) los cría, y el alcohol y los blogs los juntan…

6 06 2008
Alejandro Pumarino

Sr. Aurë, vale poner Diso los cría y el alcohol y los blogs los juntan. No creo que alcance a tener consideración relegiosa la expresión y además, ya sabe que soy agnóstico con tendencias anticlericales que procuro controlar.
Sr. Asturcantino: Efectivamente es probable, si bien pasé solo ocasionalmente. El propietario, procedente de Somio Park en sus tiempos de vieja gloria, es demasiado formal para mi carácter, socarrón y algo irónico. Las copas de calidad, en un ambiente más distendido, las suelo tomar en el Donegal, calle Capua, regnetado por Julio, antiguo propeitario del Nereis, en el Muro, seguro que se acuerda.
Puse una entrada en mi blog con el nuevo local de Julio. Aunque no venga al caso, y con permiso del administrador, dejo el enlace:

Donegal… o como tomar una copa en Gijón (dedicado a Roura)


Sr. Aurë, está vd. también invitado. Y me consta que puede tomar Hendrix’s sin ningún problema.

6 06 2008
Aurë

Jodó, Pumarino. Veo que no puedo poner ni un sarcasmo sin que Ud. afile el comentario, ¿eh? A eso le llamo yo estar a la que salta. 🙂

Cuando vaya por Gijón, que le aseguro que iré, estaré encantado de conocer todos esos sitios en su compañía.

6 06 2008
Glenclous

Cuando tengan vuestras mercedes a bien acercarse a la capital del reino, les sugiero el Gin Club o el Gintonize. Y allí ya hacemos una cata de Citadelle, Hendrick’s, London Gin y las que sean menester, todas con rodajita de pepino, y debatimos cual nos gusta más.

7 06 2008
Alejandro Pumarino

Nunca probé la rodaja de pepino en la copa. Al prinicipio me pareció un esnobismo y poco a poco me di cuenta de que era un clasista por no probar. En fin, que le apetece a uno la nueva experiencia del pepino… en la copa.
En línea con el tema de la entrada, les diré que lo suscité en mi blog y el Sr. Harto, excelente amigo desde hace años y con quien mantengo una permanente disputa verbal (el es de izquierdas, muy de izquierdas, yo, evidentemente, no), hizo una encendida defensa del mundo del toreo y comentó que la fotografía de marras era una obra de arte. Joaquín Sabina (amargo donde los haya) es otro aficionado a los toros de «pro», mientras Alaska -del mismo color político- es acérrima defensora del final dialogado de la fiesta. En fin, que hay para todos los gustos dentro de todas las ideologías y uno -liberal- entiende sobre todo que no se puede -o debe- prohibir, pese a que personalmente, no me gusten los toros.
Les/os deseo a todos un muy buen fin de semana.
Sr. Aurë, está invitado.
Dª Glenclous, Madrid está cerca, mi trabajo me lleva media docena de veces al año (por desgracia vuelo de las siete y regreso a las tres de la tarde), pero siempre me busco un fin de semana para ir al teatro o algo así. No conozco esos sitios de copas y mi ansia de cultura -gastronómica también- es enorme. Lo tendré en cuenta.

11 10 2008
Victoria

Y yo tengo la impresión de haber coincidido con usted en algún sitio, Sr.Asturcantino. Será sólo una impresión…

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